Mujeres del fuego cocineras colima

“Mujeres del Fuego” transmitiendo la cocina de Colima

Entre cocinas de humo, recuerdos de ancestras y dulces recetas.

Transmitir la pasión por la cocina es un acto de amor al prójimo, a la propia tierra y al alimento mismo. En esta tarea las cocineras tradicionales del colectivo “Mujeres del Fuego” tienen mucho que contar. Desde Codognè Italia hasta Colima México, platiqué con ellas para conocer quiénes son, de dónde proviene su amor por la cocina y cómo lo siguen transmitiendo, cuáles son sus platillos favoritos y por supuesto platicamos de cocina, de una receta que nos endulza y que es muy de Colima: la fruta enmielada.

Annel, Lourdes, Gladys, Rocío Madrigal, Ana Lucía, Rocío Zamora y Ana, forman parte del grupo “Mujeres del Fuego”, se presentaron a la entrevista vestidas con sus hermosos trajes de India Colimota, un atuendo que las está identificando no sólo a nivel nacional sino en el mundo como cocineras tradicionales de Colima. Y debo decir que en la entrevista Annel nos sorprendió presentándose con un platón de barro lleno de fruta enmielada, el brillo de la miel sobre la calabaza era el que más se hacía notar a través de mi pantalla.

Mujeres del fuego cocineras colima
Annel, Lourdes, Gladys, Rocio Madrigal, María de la Luz, Ana Lucia. Foto de Arnoldo Delgadillo

Mujeres del Fuego difundiendo la gastronomía colimota

Son guardianas de historias que se cuentan en la cocina y que ellas siguen contando y transmitiendo, son mujeres que resguardan el poder de un conocimiento heredado, que aman su tierra, que se ayudan mutuamente y sobre todo que están poniendo muy en alto el nombre de la cocina colimota.

Para ellas la herencia de su amor por la cocina tiene nombre de abuela, de madre y también de padre. El amor por la hermosa tierra de Colima es incondicional y en cada receta que preparan están los saberes de generaciones y los sabores de una tierra que huele a faldas de ancestras pero también a faldas de volcán, que tiene aroma a café cuando andas entre cafetales y también cuando lo tienes frente a tí en una taza, que te recuerda el humo y también la ceniza de la caña que se convertirá en azúcar, una cocina que sabe a mar, a montaña, a lagunas, que brilla como la sal de Cuyutlán en el periodo de zafra, como la cáscara del limón cosechado por el agricultor, o como el coco en lo alto de la palma, la cocina de Colima te llega directo al paladar y al corazón.

Mujeres del Fuego cocineras colima
Colectivo “Mujeres del Fuego” de Colima, México. Foto de Arnoldo Delgadillo

Receta de la fruta enmielada
Inicia encendiendo el fogón
Para hacer la fruta enmielada es esencial el tiempo de cocción,
También es importante la cantidad de agua,
agua y fuego deben ser equilibrados.

Érase una vez la chispa que encendió el fogón

Y como en toda buena historia el “érase una vez” es fundamental, y así Gladys inicia recordando que era semana santa y mientras su abuela le hacía memoria de que “el pollo era bueno para las recién paridas” y “la iguana curaba el mal de dientes”, y mientras Lourdes ganaba el primer lugar con su “mole de boda” en el primer festival gastronómico de Colima, algunas cocineras coincidían en un taller que Juanita Bravo, cocinera tradicional de Michoacán les impartió en el 2016 y esa fue la chispa que encendió el fogón. Las historias de todas y cada una, como una buena receta, se iniciaron a mezclar, dando vida a las “Mujeres del Fuego” de Colima.

Es maravilloso escuchar las historias de cada una de ellas, de cómo les fue transmitido el amor por la cocina y como ellas ahora lo siguen transmitiendo.

Muchas de las historias se remontan a la niñez, al seno familiar, a los ancestros. Muchas historias inician en el campo, en la mesa donde la familia se reúne alrededor de un alimento y por supuesto en la cocina, de fogones, de comales, de metates y de molcajetes.

Algunas historias empiezan justo al momento de nacer como la de Rocío Zamora a quien su padre, un buen birriero, al nacer le besó las manos en lugar de la frente y como un acto de bendición y herencia le transmitió no sólo el buen sazón sino el buen amor por la cocina. O como Ana, cuando en el día de su nacimiento su papá llegó a casa llevando chacales del río, los olores que se percibían al cocinarlos, ella aún ahora los sigue reproduciendo, ama comer chacales y cocinarlos también, con magia combina sabores y la receta le sigue inspirando mucho amor, mismo que en cada platillo trata de transmitir.

Para Lourdes fue su abuelita materna, quien era una gran cocinera. Lourdes creció con ella aprendiendo a cocinar y a conservar los alimentos pues su abuelo era un buen agricultor de maíz, calabaza y chile. Su abuelita se fue de su cocina y de su vida, dejando este mundo cuando Lourdes tenía sólo 15 años (suspira mientras una lágrima desciende y otras se quedan atrapadas). Para Lourdes la “cocina es amor” y así lo transmite a sus nietos, deseando que amen, conozcan y valoren los productos del campo.

Los recuerdos de Gladys viajan también a su niñez, cuando sus tíos y abuelos llegaban de “la tirada” y se cocinaba el animal sacrificado, no sin antes dedicar un momento especial al agradecimiento, pues la caza se convertía en alimento. También recuerda el olor de la masa cuando iba al molino con su abuela y la “magia” que su mamá le ponía a cada alimento expresando siempre “te va a hacer bien”.

Rocío Zamora quien heredó el amor por la cocina de su papá, recuerda el consejo que él siempre le da “trabajar con la cabeza y el corazón”. Al igual que su papá, ella también es ejemplo para sus hijos.

En la vida de Rocío Madrigal hay varias personas que influyeron en su amor por la cocina, recuerda cuando de pequeña se subía a un equipal para poder percibir mejor los olores que provenían del molcajete donde su tía abuela molía las especias. Su tía ahora tiene 88 años y sigue usando su molcajete, nos cuenta orgullosa. Recuerda también el pollo al huerto que le preparaba su abuela y por supuesto recuerda el momento cuando surgió su gran amor por la repostería, tenía 5 años y su mamá le preparó un pastel decorado con césped, casas y banquitas, fue un momento mágico para ella. Una de sus grandes maestras es Lola Márquez, referencia importante de la cocina colimota.

A Annel le gustaba jugar desde pequeña a la cocina y también le gustaba ayudar a su padre en la labor del campo. Una de sus abuelas es de Jalisco y la otra de Michoacán, así que siempre tuvo la fortuna de comer rico con dos sazones y cocinas diferentes, nos cuenta mientras recuerda la salsa de cacahuate que le preparaba su abuela materna con tortillas recién hechas. Annel recuerda también que cuando era pequeña, en temporada de lluvia, mientras esperaban a su padre que iba a los chacales, ponían al fuego una olla con agua, cebolla y jitomate y lo esperaban sentados a la mesa con un buen arroz ya listo.

Para Ana Lucía andar “del tingo al tango” la llevó a encontrarse con la pasión por la cocina, en particular recuerda las vacaciones cuando su abuelita la llevaba a Colima, pasaba felices los días con sus abuelos maternos y recuerda con gusto el bolillo y los quesos.

Mujeres del fuego cocineras colima
Cocina de humo. Foto de Mayreni Ortega

Ingredientes:
Puedes hacer la fruta enmielada utilizando calabaza, camote y plátano o sólo alguno de los tres.
En la tierra de Colima, la calabaza estaba presente en manera silvestre desde tiempo de los primeros colimotes y hoy se siembran al menos cuatro variedades. También el camote de cerro es un ingrediente presente desde la época prehispánica y el plátano llegó desde Asia con los intercambios navieros ocurridos después de la conquista, siendo hoy un cultivo tradicional de Colima.
Vas a necesitar piloncillo y/o azúcar y también le puedes poner un poco de miel.
La producción de caña de azúcar en Colima se remonta a la mitad del siglo XVI con la prescencia de importantes haciendas cañeras, hoy Colima es líder en la producción de azúcar
Lourdes aconseja poner un poco de sal para que suba el sabor. Hay quién le pone un poco de canela y por supuesto no olvides el agua.

Entre la cocinera y su tierra

La cocina de Colima es deliciosa, es rica, nutritiva, de muchos sabores, es la mezcla de culturas, puede ser acidita y dulcecita y nos hace festejar porque “festejamos con comida”, así la definen en “lluvia de ideas” las Mujeres del Fuego. Cada una ha aprendido a conocer, amar a y respetar su tierra.

En Zacualpan, en la cocina de humo de Ana, se cocina la salsa de panales asados y la salsa de ciruela, también se comen hongos, insectos y flores, dones de la tierra de Ana quien ha recibido el legado de conocerlos y aprovecharlos respetuosamente como alimento.

Lourdes ve en cada platillo la herencia plasmada que los pueblos han dejado en su tierra, una mezcla de ingredientes endémicos y de otros que llegaron desde lejos, de Europa, de Asia y de África. “La historia se come” dice Lourdes y nos sigue contanto de parotas y bonetes.

Rocío Madrigal, coincide, diciéndonos que un gran reto es “que no se pierdan los platillos antigüos con ingredientes locales” porque son historia.

calabazas colima
Calabazas de Colima. Foto de María de la Luz López Ramírez

Disfruta
Después de haber cocinado, por el tiempo necesario, es hora de disfrutar la fruta enmielada con un buen vaso de leche fresca
Recuerda que el tiempo de cocción varía según la fruta, y como nos dice Lourdes su calabaza puede durar hasta 4 horas en el fogón para que se impregnen bien los sabores.

Compartiendo la cocina de Colima

La fruta enmielada es una de las meriendas preferidas por los colimotes. Que sea de noche, que sea de tarde o de día, la fruta enmielada es una dulce tradición, en las calles del centro hay puestos por las tardes y también casa por casa te la van vendiendo en valdes, te la comes sola o con leche fresca, y tienes para escoger entre calabaza, camote y plátano. Y hablando de cosas dulces, los recuerdos vuelven a surgir.

“Tenía 8 años cuando iba a visitar a mi abuela y me recibía todos los sábados con un desayuno de camotes y plátanos enmielados que cocinada en olla de barro a la leña, los dejaba remojando tres días en agua con azúcar y al tercer día los metía en el horno de barro que mi abuelo había costruido y donde horneaba el pan”, nos cuenta Rocío Zamora mientras imaginamos aromas, texturas e inebitablemente recordamos a nuestros abuelos.

En Comala era más común la calabaza, nos cuenta Lourdes, mientras nos explica que ella no le pone piloncillo, sino que dora el azúcar a punto de caramelo.

Rocío Madrigal nos cuenta que siempre le ha gustado la fruta enmielada y recuerda que cuando tenía 8 años enmielaba rodajas de plátano macho con piloncillos y les ponía canela, luego los cocinaba, eran una verdadera delicia.

Gladys relaciona la elaboración de la calabaza con la de los tamales, pues cuando era niña ayudaba en la labor, “se preparaban 50 kilos de masa diariamente” nos dice. Recuerda que picaban la calabaza con un picahielo y la cocinaban con piloncillo blanco, mientras los plátanos los hacían con poca agua y sólo azúcar. Recuerda que con su abuela metía la calabaza adentro de la leche para comérsela y por eso cucharear la calabaza tiene sabor a recuerdos.

calabaza enmielada
Calabaza enmielada. Foto de María de la Luz López Ramírez

Comparte la receta,
es, sabe y huele a tu tierra

Compartir, transmitir, difundir y promocionar la cocina de Colima son algunos de los objetivos de las Mujeres del Fuego. Ya en su primer libro “Mujeres del Fuego, Saberes y Sabores de Colima” ellas han dejado plasmado parte de su conocimiento a través de sus recetas y continúan creciendo y trabajando por esta importante labor.

Ana, por ejemplo, vive en una comunidad donde tienen su propio recetario indígena, los chicos de la prepa toman clases con algunas compañeras del colectivo pues son un verdadero pozo de conocimiento sobre productos endémicos.

Para Ana Lucía, una buena manera de transmitir saberes y sabores son los cursos de cocina. Nos cuenta también, que a sus hijas pequeñas les encanta pasar el tiempo en la cocina identificando ingredientes.

Annel también transmite el amor por la cocina a sus hijos, su hija estudia gastronomía, mientras Annel  imparte cursos en el Nixcomil, escuela de gastronomía mexicana.

Rocío Zamora ha propuesto a su municipio hacer un taller de cocina para muchachitas recién casadas para que aprendan a hacer de comer y que lo hagan con amor, para que el gusto nazca y la labor en la cocina sea por convicción.

Que sea tu nieto de 8 años que te sigue a tí como tú seguías a tu abuela, que sea el estudiante que descrubrió su pasión por la cocina y ahora gracias a tí descubre y conoce los frutos de su tierra que para muchos siguen escondidos, que seamos nosotros migrantes que desde el otro lado del oceáno te vemos cocinar a través de una pantalla y añorando nuestra tierra podemos casi quemar las yemas de nuestros dedos en tu comal y oler el humo de tu atole de jamaica blanca… Tú mujer de fuego lo estás haciendo bien. Tu labor de transmitir tu cocina, tu tierra y tu pasión por cocinar están hoy más que nunca vivas. Viva la cocina de Colima y Viva México.

Un final feliz
“Alimento que cura”

Los platillos favoritos de las “Mujeres del Fuego”

Este final feliz lo dedico a cada una de ellas y sus platillos favoritos, pues estoy convencida que cada que te preguntan ¿Cuál es tu platillo favorito? Detrás de la respuesta inicia toda una nueva historia y un nuevo “érase una vez”.

Annel: Los chacales
Lourdes: El chilayo
Gladys: La pepena
Rocío Madrigal: Las enchiladas dulces
Ana Lucía: Las enchiladas dulces
Rocío Zamora: La pepena
Ana: Los chacales

Hoy las Mujeres del Fuego siguen trabajando para que la labor de cada cocinera sea reconocida, creciendo, empoderándose y dando a conocer su cocina, y por supuesto, posicionando la gastronomía de Colima.

Este artículo fue publicado por primera vez en la Revista Digital Colibrì, en el mes de agosto 2021. Sigue la revista a través de su página facebook Revista Colibrí.

Sigue todas las novedades del colectivo de las cocineras tradicionales de Colima a través de su página facebook “Mujeres del Fuego“.

2 comentarios

  1. Excelente artículo, me encanta ver el reconocimiento a tantas mujeres a través de estas delicias que cotidianamente se prepararon en muchos de nuestros hogares.
    Felicidades al grupo “Mujeres del fuego”

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